Una vez un brahmin cruzaba el lecho de un río, y unos hombres estaban lavando ropa. Viendo sobre sus hombros un bonito chal de seda nuevo, ellos cayeron sobre él en grupo, gritando que la prenda pertenecía al palacio y les había sido entregada para su lavado, pero había sido robada sin que se la pudiera encontrar. Cuando empezaron a llover golpes sobre él, el pobre brahmin gritó: "¡Narayana, Narayana!" Inmediatamente el Señor Narayana se levantó de Su asiento, avanzó unos pasos, se detuvo y volvió a Su asiento. Su sorprendida consorte le preguntó la razón de Su extraño comportamiento. El Señor Narayana dijo: "Quise ayudar a ese pobre brahmin que había caído en un nido de canallas, pero él ha comenzado a devolverles golpe por golpe – Mi ayuda ya no es necesaria." Dejar todo librado a Su voluntad es en verdad la forma más elevada de devoción, y la manera más fácil de ganar Su Gracia.
- Sathya Sai Speaks, Vol I, Maha Shivarathri, 1955. |