Consideren como su deber principal el venerar a sus madres como divinas, y servirles. Si no pueden respetar a sus madres, que les cargaron durante nueve meses, les trajeron al mundo y cuidan de ustedes, ¿a quién respetarán? El amor materno es como el del Creador, que proyecta y protege de incontables maneras a este Cosmos infinito. Pueden decidir que adorarán a la Divinidad bajo la forma de una Diosa. Otro puede adorar a Dios bajo una forma diferente. Deben notar que las formas en que la Divinidad es adorada por los demás, son tan importantes como la deidad que ustedes han elegido. Si, por el contrario, ustedes critican o mancillan a las deidades que otros adoran, están comentiendo un pecado grave. Asimismo, respeten y muestren deferencia y veneración a todas las madres (mujeres), tal como harían con sus propias madres.
- Divine Discourse, Oct 14, 1988. |