Pueden repetir como loros ciertas frases como "Todo es del Señor", "No soy sino un títere; Él tira de las cuerdas y yo danzo según Su voluntad", "Nada es mío, sólo cumplo Su voluntad" y así sucesivamente. Mas, ¿qué hacen habitualmente? Cuando hacen algo digno de alabanza, lo reclaman como propio; gritan desde toda plataforma, hasta que se les seca la garganta, que ganaron por su propio esfuerzo, honor, fama, status y normas, la autoridad o la posición, la propiedad y las posesiones y los logros y realizaciones. Mas cuando se lleva a cabo un acto censurable, o cuando se trata de confesar su participación en cobrar mala fama o en una derrota, un mal o una injusticia, muy convenientemente le transpasan la responsabilidad al Señor, diciendo, "No soy sino un instrumento en Sus manos, Él es el dueño, yo soy sólo una herramienta." La gente pasa del 'Yo' al 'Él' como el péndulo del reloj. Es un hábito muy común, que está de moda hoy, es un craso engaño; es una vacua farsa espiritual. Mente, Palabra y Acto – los tres han de llenarse con la fe que todo es Su juego. Esta es la senda genuina.
- Geetha Vahini, Chap 12. |