El arrepentimiento sincero es suficiente para transformar al pecado en santidad. El Señor acepta benignamente la contrición y derrama Sus bendiciones. ¿No se convirtió en santo el dacoita Rathnakara, quien se dedicaba a actos pecaminosos hasta el momento en que aflorara la sabiduría gracias al arrepentimiento? Se convirtió en el Sabio Valmiki (el autor de la epopeya del Ramayana), ¿no es así? Su historia es una prueba del valor de la contrición. Puede que pregunten si basta con quedar libres tan sólo de los efectos del pecado. ¿No debieran desecharse también los efectos del punya (mérito)? Sí, debieran serlo. Al igual que los rugientes incendios forestales reducen a su paso todo a cenizas; así también la poderosa llamarada de la sabiduría (Jnana) consumirá y destruirá todo pecado y todo mérito. - Geetha Vahini, Chap 11. |