El demonio Bhasmasura ganó, mediante la Gracia de Dios, el poder de convertir en cenizas a cualquiera, colocándole su mano sobre la cabeza. Sin embargo, sus instintos no estaban domados, ni su razón purificada. Cegado por la codicia y el egoísmo, trató de dominar al dador mismo del obsequio. Por lo tanto, a menos que estés especialmente atento a examinar el proceso del raciocinio, en el momento en que el proceso ocurre, existe el gran peligro de que puedas estar simplemente siguiendo el rastro que tú mismo dejaste. La razón sólo puede ser domada mediante la disciplina, a través de la compasión, la calma, el autocontrol y la tenacidad (Daya, Shantham, Kshama y Sahana). Entrena tu mente para que al principio camine tranquila por cortos tramos, y una vez que hayas constatado su docilidad, podrás llevarla a recorrer la tortuosa calle de las seis tentaciones: lujuria, ira, codicia, ilusión, orgullo y celos.
- Divine Discourse, Apr 12, 1959. |