Cultiva el apego al Señor, quien estará siempre contigo, dondequiera que vayas. Sólo los años que has vivido con el Señor y para el Señor se cuentan como realmente vividos. Cultiva prema (amor divino) hacia Él, ese parama-prema (amor supremo) del cual Él es la encarnación. Nunca des cabida a dudas ni vacilaciones, ni a preguntas para someter a prueba el amor del Señor. No abrigues preguntas tales como "¿Por qué no terminan mis problemas? ¿Él no me quiere lo suficiente? ¿Por qué Él me ignora? ¿Por qué no me habla?" Nunca pienses que Dios no se ocupa de ti, ni que no te conoce. Dios está lleno de amor desinteresado, y en verdad te cuida siempre. De hecho, cada acto Suyo es por tu bienestar.
- Divine Discourse, Oct 10, 1964. |