El cuerpo es el carro (ratha) del individuo (jeevi) que es el Dueño. El nacimiento humano es la más gloriosa y preciosa oportunidad entre todos los seres vivientes. El cuerpo humano es el castillo desde el cual uno puede luchar exitosamente contra los enemigos del apego y el egotismo. Es la barca con la cual uno puede cruzar el mar del cambio y del azar. El comprender la realidad dentro de uno mismo a través de una severa disciplina espiritual representa un arduo desafío – tan preñado de peligros y calamidades como sería el jugar con fuego o enfrentar a animales salvajes. Las Escrituras (Upanishads) han comparado la senda del aspirante espiritual al filo de una navaja. Uno ha de mostrarse alerta, vigilante y plenamente entrenado para enfrentar cualquier emergencia. Hagan uso de la preciosa oportunidad del nacimiento humano y saquen ventaja de la inteligencia, discernimiento y desapego de que están dotados, para elevarse por encima de todo y vivenciar la Realidad Última.
- Divine Discourse, Oct 15, 1966. |