El hombre es el monarca de todos los animales. Aunque el elefante viva por más tiempo, el león sea más fiero, el águila tenga mejor vista, el gallo sea más puntual en cuanto a levantarse temprano, la vaca esté más imbuida del espíritu de sacrificio y así sucesivamente, solamente el nacimiento humano lleva en sí potencialidades que pueden aflorar con un cultivo apropiado. Nacen con un llanto que lamenta su impotencia, debieran morir con una sonrisa de alegría. Ese es el propósito de los años intermedios. Mas esos años son desperdiciados ahora. La gente es lanzada de un deseo al otro, de un pesar al otro, hasta que ha enceguecido de desesperanza y se ha agotado en seguimientos fracasados. La mayoría de las enfermedades se deben a esta desesperación y agotamiento. Únicamente Dios es vuestra ancla, que les salvará de tensiones y tormentas. No Le descuiden ni Le ignoren en sus vidas.
- Divine Discourse, Oct 15, 1966. |