Tres peces vivían en una laguna. Uno les dijo a los otros que el agua se estaba secando y que debían marcharse antes de que fuera demasiado tarde. El primer pez decidió abandonar la laguna de inmediato, el segundo dijo que podría salvarse cuando se presentara la contingencia y el tercero simplemente lo ignoró. Al poco tiempo, el segundo y el tercero fueron cogidos por un pescador. El segundo se las arregló para escaparse de la red, el tercero se resignó a su destino. El Dios de la Muerte, Yama es el pescador; a menos que se tome nota a tiempo del proceso del agostamiento al que está sujeta la laguna del período de vida de uno, uno será cogido. Emigren hacia el mar de la Gracia, que no se secará, o aprendan el arte de escabullirse de la red de la muerte. Descarten la pereza y la modorra, denuncien el fanatismo y conviértanse en un dedicado servidor del Señor. Entones se derramará sobre ustedes toda la fuerza, la alegría y la Gracia.
- Divine Discourse, Oct 15, 1966. |