Todo esfuerzo para darte cuenta de la Unidad detrás de la multiplicidad, es un paso en el camino de la Vida Divina. Tienes que batir la leche, si quieres separar e identificar la manteca que hay en ella. De la misma manera, mientras vives tu vida, purifica tus pensamientos y acciones, con el fin de obtener una fe inconmovible. La Vida Divina no admite la más leve impureza en el carácter, ni ilusión alguna en el intelecto. Las personas dedicadas a la vida divina deben enfatizar esto mediante el precepto y la práctica. Elimina de tu interior la causa fundamental de la ansiedad, el miedo y la ignorancia. Entonces tu verdadera personalidad brillará. La ansiedad se quita con la fe en el Señor - esa fe que te dice que todo lo que ocurre es para bien, y que la voluntad del Señor será cumplida. La pena surge del egoísmo, el sentimiento de que no mereces que se te trate tan mal, o que se te está dejando indefenso. Cuando el egoísmo se va, la pena desaparece.
- Divine Discourse, April 1957. |