El granjero que trabaja duro no tiene miedo de morir de hambre. El que canta el Nombre del Señor no tiene miedo de las preocupaciones mundanas. La persona de pocas palabras estará libre de enemistad. A través de la charla excesiva, las personas caen presa de disputas. Todos deben cultivar la moderación en el habla. La moderación en la palabra propicia los sentimientos de amistad. El que es cuidadoso en su comportamiento, realizando todas las acciones después de la debida reflexión, no tendrá miedo al peligro. La verdadera educación consiste en saber cómo llevar una vida pacífica. Para iniciar o tener una carrera exitosa, deben aspirar a la paz mundial. Porque son parte del mundo y su bienestar está íntimamente ligado al del mundo. Renuncien a todos los sentimientos mezquinos y obtengan unidad y confraternidad.- My Dear Students, Vol 5, Ch 14, 14 Jan 1996. |