La gente resulta por lo general atraída hacia los objetos de los sentidos, porque es víctima de los instintos. Los instintos vienen con el cuerpo, no se derivan de ningún entrenamiento. El bebé busca la leche de su madre; no hace falta entrenamiento para eso. Sin embargo, para que camine y hable, se requiere cierto entrenamiento, porque estas acciones no son automáticas, sino propiciadas socialmente mediante el ejemplo y la imitación. El entrenamiento es esencial, incluso para la correcta búsqueda de los placeres sensuales; pues la búsqueda salvaje de tales placeres es lo que promueve la ira, el odio, la maldad y la arrogancia. Para entrenar a los sentidos bajo lineamientos saludables, y mantenerlos bajo control, son esenciales ciertas buenas disciplinas, tales como la repetición del Nombre, la meditación, los ayunos, la adoración al amanecer y al atardecer, etc. Cuando se nos solicita efectuar estos actos espirituales, no sentimos ningún impulso interior de hacerlo. Sin embargo no debemos desesperar. Nadie siente una predilección por tales prácticas desde el comienzo mismo, pero la práctica constante crea el gusto por ellas. - Bhagavatha Vahini, Ch 1, 'The Bhagavatha'. |