Los Yagas (plegarias de sacrificio ritual) son prescriptas por el Karma Kanda (la parte de los Vedas que trata de las acciones, o Karma, como camino espiritual). Son para santificar el tiempo, y cumplir la meta del nacimiento humano. La práctica de la renunciación y la dedicación, mediante el rito del yaga, promueve tanto la felicidad mundana como el progreso espiritual. Fomenta la caridad y la cohesión social. Los sacrificios rituales agradan a las deidades que presiden sobre las fuerzas de la Naturaleza, quienes por eso hacen llover, lo cual ayuda a los cultivos y acrecienta el alimento para hombres y bestias. La actividad divorciada de metas espirituales, y desprovista de reverencia y humildad, conduce al engreimiento y autoritarismo; nos hace arrogantes y crueles. Pero los sabios de la India establecieron que toda actividad tiene que ser efectuada como un yaga, como ofrendas para la gloria de Dios, en una atmósfera de agradecimiento y admiración, de humildad y sacralidad. La meta de toda actividad fue idealizada como la felicidad y la paz de todos los seres vivientes. - Divine Discourse, Oct 3, 1970. |