Tienen una inmensa potencia dentro de ustedes. Al igual que la luz que ilumina, su visión debe ser pura, sagrada y agradable. No manchen o contaminen la bendición de la vista mirando objetos indeseables, o mirando con malos pensamientos. Una energía magnética circula en ustedes. Aunque esta energía está presente en todo el cuerpo, su presencia es evidente en la mano. De ahí que las manos deben ser empleadas para buenos propósitos. Nunca deben ser utilizadas para dañar a otros. Los oídos escuchan los chismes, la calumnia y el mal hablar. El resultado es que el poder de la audición se contamina. También el poder de la palabra. Este poder se manifiesta en las ondas del sonido y tiene que ser usado con mucho cuidado. Las palabras que uno pronuncia deben ser examinadas para ver que no exciten, irriten o causen ira a los demás. Las malas palabras regresan a quien las pronunció con doble fuerza. De ahí que el discurso debe ser suave y dulce.- My Dear Students, Vol 5, Ch 14, 14 Jan 1996. |